
El electromiograma (EMG) es una prueba médica clave para diagnosticar afecciones musculares y nerviosas. Si tu EMG es anormal, puede ser un signo de varios problemas de salud que requieren atención médica. En este artículo, exploraremos qué significa tener un electromiograma anormal, las posibles causas, cómo se realiza la prueba, y qué pasos debes seguir si tu resultado es preocupante.
¿Qué es un electromiograma?
Un electromiograma (EMG) es una prueba que mide la actividad eléctrica de los músculos en reposo y en movimiento. Durante la prueba, se insertan electrodos en los músculos para detectar las señales eléctricas generadas por las células nerviosas. Esto permite evaluar la función de los nervios y los músculos, ayudando a diagnosticar condiciones como lesiones nerviosas, enfermedades musculares y trastornos del sistema nervioso.
El proceso del electromiograma
El procedimiento del EMG suele implicar dos componentes principales: la evaluación de la actividad eléctrica en los músculos y la medición de la respuesta de los músculos a la estimulación eléctrica. Los electrodos pueden colocarse sobre la piel o ser insertados en los músculos mediante una aguja. A través de estas señales, los médicos pueden identificar anomalías en la función nerviosa y muscular.
¿Qué significa un EMG anormal?
Un EMG anormal indica que hay una alteración en la función de los músculos o los nervios. Este tipo de resultado puede reflejar varias afecciones, dependiendo del patrón y la naturaleza de las anomalías detectadas. A continuación, analizamos algunas de las causas más comunes de resultados anormales en un electromiograma.
Posibles causas de un EMG anormal
1. Trastornos musculares
Un EMG anormal puede indicar trastornos musculares como la distrofia muscular o la miositis, que afectan directamente a la función muscular. Estas condiciones provocan debilidad muscular, dolor y, en algunos casos, la pérdida de masa muscular. En los resultados del EMG, es posible detectar patrones de actividad eléctrica inusuales que sugieren daño o disfunción en el músculo.
2. Lesiones nerviosas
Las lesiones en los nervios periféricos, como las causadas por un traumatismo o una compresión nerviosa, pueden aparecer en los resultados de un EMG. Un nervio dañado puede no ser capaz de transmitir señales adecuadas a los músculos, lo que resulta en un patrón anormal en el electromiograma. Estas condiciones pueden incluir síndrome del túnel carpiano, radiculopatía o neuropatía periférica.
3. Trastornos neuromusculares
Los trastornos neuromusculares, como la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o la miastenia grave, también pueden causar resultados anormales en un EMG. Estas afecciones afectan la conexión entre los nervios y los músculos, lo que lleva a una falta de control muscular. Los resultados del EMG pueden mostrar una actividad eléctrica inusual o una falta de respuesta adecuada en los músculos durante la prueba.
4. Enfermedades metabólicas
En algunos casos, enfermedades metabólicas que afectan el equilibrio de las sustancias químicas en el cuerpo, como la hipotiroidismo o la hipocalcemia, pueden causar alteraciones en los resultados de un EMG. Estas condiciones pueden interferir con el funcionamiento normal de los músculos y los nervios, llevando a un patrón anormal de actividad eléctrica.
5. Trastornos autoinmunitarios
Las afecciones autoinmunitarias, como la polimiositis o el lupus eritematoso sistémico, pueden alterar la función muscular y nerviosa. Un EMG anormal en estos casos puede mostrar signos de inflamación o daño en los músculos y nervios.
¿Qué hacer si tu EMG es anormal?
Si el EMG muestra resultados anormales, es importante no entrar en pánico, pero sí buscar orientación médica para comprender la causa subyacente. El médico puede recomendarte otros estudios, como análisis de sangre, estudios de imágenes o una evaluación neurológica para obtener un diagnóstico definitivo.

1. Consulta a un especialista
Si los resultados de tu electromiograma son anormales, el siguiente paso es consultar con un neurólogo, un médico de rehabilitación o un especialista en trastornos neuromusculares. Ellos revisarán los resultados en detalle y discutirán contigo las posibles causas y opciones de tratamiento.
2. Realización de pruebas adicionales
En algunos casos, los resultados anormales de un EMG pueden no ser concluyentes por sí solos. El médico podría recomendarte realizar pruebas adicionales para identificar la causa exacta del problema, como resonancias magnéticas, análisis de sangre o una biopsia muscular.
3. Tratamiento de la afección subyacente
El tratamiento dependerá de la causa de los resultados anormales. Si se diagnostica una afección muscular o nerviosa, el tratamiento puede incluir medicación, fisioterapia, cambios en el estilo de vida o, en algunos casos, cirugía. Es esencial tratar la causa subyacente para mejorar la función muscular y nerviosa y evitar que la afección empeore.
¿Cómo interpretar los resultados de un EMG?
La interpretación de los resultados de un electromiograma depende de varios factores, incluyendo el patrón de actividad eléctrica detectado. Los médicos buscan signos de actividad eléctrica anormal, como:
- Fibrilaciones: pequeños movimientos involuntarios de las fibras musculares que indican daño nervioso.
- Potenciales de unidad motora: señales que pueden mostrar si los músculos están respondiendo adecuadamente a los impulsos nerviosos.
- Descargas espontáneas: señales de actividad eléctrica sin una contracción muscular, lo que puede ser indicativo de una afección neuromuscular.
¿El EMG es una prueba diagnóstica definitiva?
Aunque un EMG puede proporcionar información valiosa sobre el funcionamiento de los músculos y los nervios, no siempre es suficiente para un diagnóstico definitivo. Los resultados deben ser interpretados en conjunto con otros exámenes médicos y la historia clínica del paciente.
Conclusión
Un EMG anormal puede ser un indicador de diversas afecciones musculares, nerviosas o metabólicas. Si tu electromiograma muestra resultados fuera de lo normal, es fundamental consultar a un profesional médico para determinar la causa subyacente y recibir el tratamiento adecuado. Al comprender las posibles causas de un EMG anormal, puedes tomar decisiones informadas sobre tu salud y bienestar.
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